Declaración abierta por los minerales de transición para la COP27

Más de 230 organizaciones hacen un llamado a las y los líderes de la COP para que con suma urgencia garanticen que los minerales de transición no socaven una transición energética justa y equitativa.

El mundo necesita detener la quema de combustibles fósiles. El cambio climático ya está sucediendo y, para evitar los peores impactos, debemos acelerar la transición justa a una energía más limpia y segura.

A la hora de cambiar a tecnologías de energías renovables, el mundo cambiará su dependencia sobre un grupo de recursos a otro. Se estima que será necesario un incremento de hasta seis veces en la producción de minerales como cobalto, litio, níquel y cobre para ayudar a producir, transportar, almacenar y usar la electricidad producida por fuentes renovables como el viento, el agua y el sol.

Pero la extracción de minerales ya está asediada por la corrupción y la opacidad y la minería se realiza a menudo con un gran coste para la salud y los medios de vida de las poblaciones locales. Las investigaciones demuestran que las mujeres y las niñas, los pueblos originarios y las y los defensores del medio ambiente se ven afectados de manera desproporcionada por la minería. Las comunidades locales suelen quedar excluidas de la toma de decisiones y reciben pocos beneficios de las extracción. Asimismo, el sector causa daños al medio ambiente y hace una contribución significativa al cambio climático.

La feroz competencia, la demanda y la búsqueda de beneficios en la fiebre de los minerales de transición aumentarán la presión sobre los países productores para que “aceleren” la concesión de licencias y abran la minería en zonas sensibles y de alto riesgo. Esto hace que el proceso quede a merced de la corrupción y empeore los derechos humanos y los abusos medioambientales, en particular, la contaminación del agua y de la tierra, afectando gravemente la salud de las y los trabajadores y las poblaciones aledañas. Estos impactos ya se dejan sentir en mayor medida en las comunidades indígenas y de base que se encuentran en la primera línea de la extracción.

La extracción de minerales de transición, que se ve empañada por la mala gobernanza, la corrupción, el consumo excesivo y el poco cuidado por las personas y el planeta, solo conseguirá retrasar la acción climática. 

Grandes cantidades de recursos fluirán hacia estas fuentes de energía en el futuro. Resulta esencial que el mercado de minerales de transición emergente esté bien regulado, sea transparente, justo y equitativo, así como que no replique la explotación y las injusticias del pasado. Esto exige un esfuerzo de coordinación urgente para transformar la forma en que se extraen y consumen los minerales.

La COP27 es un momento importante para que la comunidad internacional inicie un cambio real en la forma en que se extraen y utilizan los minerales, así como para asegurar compromisos vinculantes que aborden el cambio climático. No poner a las personas en el centro de la transición energética requerida derivará en una inadecuada atención a la crisis climática y será injusto para las personas más vulnerables del mundo.

A fin de garantizar una extracción, abastecimiento y procesamiento responsable de los minerales de transición que contribuya a una transición energética exitosa, los gobiernos, las empresas, las instituciones internacionales y las y los inversores deberán:

Centrarse en las personas y el planeta: 

• Basar la decisión de extraer sobre una evaluación holística de los verdaderos costos y beneficios de la extracción y el procesamiento de minerales. Hay que ir más allá de los ingresos y observar el impacto sobre la población, el medio ambiente, la biodiversidad y el clima.
• Respetar las zonas de exclusión para la actividad minera para proteger a las personas y al medio ambiente en zonas de alto riesgo.
• Garantizar la consulta y la participación de todas las comunidades afectadas por la minería. El consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas debe ser priorizado y respetado, incluyendo el derecho a dar o negar el consentimiento, tal y como se establece en la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
• Extraer minerales sólo con arreglo a las normas internacionales más rigurosas en materia de derechos humanos y medio ambiente, garantizando que la debida diligencia en materia de derechos humanos y medio ambiente sea significativa, transparente y que tenga en cuenta las cuestiones de género. Asimismo, garantizar un monitoreo independiente y efectivo de las medidas de mitigación y corrección.
• Apoyar una moratoria global sobre la minería en fondos marinos hasta que se lleve a cabo una investigación científica adecuada para entender los impactos sobre la biodiversidad en los fondos marinos, así como garantizar que la toma de decisiones a nivel internacional (incluida la de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos) sea transparente, responsable, inclusiva y participativa.
• Desarrollar y priorizar enfoques que minimicen los impactos sociales, medioambientales y climáticos. Esto incluye la cooperación para diseñar soluciones y tecnologías circulares que reduzcan el consumo global de minerales de transición, aumenten la reutilización y reduzcan la huella de carbono del sector.

Reforzar la gobernanza y las medidas anticorrupción:

• Adoptar y defender la publicación de los contratos y licencias mineros (incluidos los anexos), los pagos a nivel de proyecto a los gobiernos por parte de las empresas mineras y los comerciantes de materias primas, la información sobre las y los propietarios reales y la transparencia en la contratación de bienes y servicios. El Estándar EITI es un punto de partida para garantizar la transparencia en la extracción de minerales.
• Identificar explícitamente y mitigar los riesgos de corrupción en todas las actividades y operaciones, prestando especial atención a los procesos de alto riesgo como la concesión de licencias, permisos y aprobaciones, las adquisiciones, la venta y el comercio de productos básicos y las operaciones de las empresas estatales. Las Directrices de Debida Diligencia para Cadenas de Suministro de la Minería Responsable de la OCDE constituyen un punto de partida para iniciar este trabajo.
• Aplicar la Debida Diligencia en materia de integridad, incluidos los criterios de adecuación e idoneidad, a todos los participantes en la cadena de suministro de minerales.
• Implementar marcos legales para proteger los derechos de las y los activistas, de las las y los denunciantes, de las y los defensores de los derechos humanos y de la tierra, de las y los periodistas y de los medios independientes, así como desmantelar las leyes y las políticas que obstaculizan a una sociedad civil y medios libres.

Garantizar una transición equitativa a nivel global:

• Evitar que las élites políticas y empresariales se hagan con los minerales de transición para su beneficio personal. Esto reduce los beneficios para las y los ciudadanos, incrementa las desigualdades y aumenta los costos de los minerales de transición.
• Implementar una gestión transparente y equitativa de los ingresos y los impuestos, incluyendo la planificación de la volatilidad de los ingresos. Asignar ingresos a proyectos de desarrollo sostenible que permitan la transición justa y la diversificación económica, así como garantizar que las comunidades de primera línea (en particular, las mujeres) reciban los beneficios de la minería.
• Garantizar que los minerales de transición impulsen una transición energética global para todos los países, no solo los países del norte global. Esto debe incluir asegurar el apoyo global y la inversión para permitir a los países productores desarrollar economías y fuentes de empleo más fuertes, por ejemplo, a través del procesamiento de los minerales de transición en estos países y las compras locales.
• Dar prioridad a las políticas e inversiones orientadas a la reducción del consumo, incluyendo el aumento del financiamiento y los recursos para el transporte público, la eficiencia energética y otras iniciativas de reducción de la demanda de energía, así como mediante la inversión en el reciclaje y la reutilización de materiales.
• Crear y reforzar espacios globales, nacionales y locales seguros en los que la población pueda participar de forma significativa en las políticas y las legislaciones de la transición energética, prestando especial atención a los espacios para los grupos tradicionalmente marginados, como las mujeres y las minorías de género, los pueblos originarios, las minorías étnicas y la juventud.

Para añadir el nombre de su organización a la lista de firmantes, tómese 1 minuto para rellenar este formulario.

PLQP también es firmante de la carta abierta a la UNFCCC y a los Estados parte para la COP27, coordinada por el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos y Indigenous People’s Rights International (IPRI), y de la Declaración sobre la Minería y la Transición Energética, coordinada por Earthworks.

Organizaciones firmantes