En el primer trimiestre de 2022, el Observatorio Plurinacional de Salares Andinos (OPSAL), culminó una serie de talleres y encuentros participativos en las cuencas de Salar de Atacama, Rio Loa, Salar de Maricunga, Río Aconcagua, Río Maipo y Río Teno.
Esto, en el marco de la «Iniciativa Plurinacional para la Valorización y Protección de los Salares y Humedales Andinos», que busca la valorización y protección de los salares y humedales andinos, socio-ecosistemas amenazados por el cambio climático y la sobreexplotación por parte de megaproyectos mineros y energéticos.
Esta iniciativa liderada por el Observatorio, se ha desarrollado con apoyo de Fundación Tantí y contó con la participación de la Coordinadora por la Defensa del Rio Loa, la Comunidad Indígena Atacameña San Francisco de Chiu Chiu, la Asociación Atacameña de Regantes y Agricultores de Soncor, la Comunidad Indígena Colla de la Comuna de Copiapó, CIEM Aconcagua, SomosMaipo y el Consejo de Defensa de los Queñes. Con ella, se busca abordar la temática desde un enfoque de los derechos de la naturaleza, el buen vivir y la justicia socioambiental, buscando aportar a la construcción de alternativas al extractivismo y a la democratización de las soluciones al cambio climático a partir de los conocimientos, vivencias, opiniones, demandas e iniciativas de adaptación de quienes habitan los territorios, es decir desde un diálogo de saberes.
“La protección de los humedales andinos y altoandinos es vital para el país; son ecosistemas únicos que se localizan generalmente por sobre los tres mil metros sobre el nivel del mar y corresponden a lagunas, vegas, pajonales, bofedales, salares, termas, ríos, glaciares y géiseres, entre otros. En estos ecosistemas habitan pueblos originarios y en ellos se encuentran, además, formas de vida microbianas asociadas a los orígenes de la vida en la Tierra, cuyo conocimiento se encuentra aún en estado incipiente”, explica Ramón Morales Balcázar, integrante de OPSAL y responsable de la iniciativa, refiriéndose a los sustentos detrás de la propuesta.
Tomás González Astorga, coordinador de esta iniciativa, detalla que “para esta etapa [del proyecto] era muy importante el contacto con los habitantes [de cada zona], para saber cuál es su relación con los salares y humedales andinos, así como qué tipo de saberes emergen desde ellos, quiénes los poseen o conservan y cómo los movilizan”.
Además, es un objetivo relevante el poder entender qué acciones individuales y colectivas se realizan para proteger estos ecosistemas y los motivos para valorarlos, protegerlos y defenderlos. De este modo es posible determinar si una ley de salares y humedales andinos respondería a la necesidad de protección de estos ecosistemas y si los habitantes ven al proceso constituyente como una oportunidad para protegerlos.
También, con los talleres se buscó identificar cambios importantes ocurridos en los territorios en años recientes, de qué forma estos afectan los modos de vida de comunidades indígenas y rurales, la vida en los humedales, así como identificar los proyectos extractivos (mineros, agrícolas o energéticos) presentes en los territorios.
A continuación, este reportaje presenta un recorrido por lo que fueron estos encuentros.
CONVERSATORIO EN ACONCAGUA
A fines de octubre de 2021 se realizó el conversatorio sobre humedales altoandinos en Aconcagua, Región de Valparaíso, por vía telemática a través de la plataforma Zoom.
Asistieron a él habitantes de las zonas de Jahuel, Campos de Ahumada y Piguchén, todxs miembros activos de sus respectivas comunidades, hijxs de comuneros y dirigentes comunitarios, de familias históricamente asentadas en sus localidades.
Un representante de Puguchén, reconoció que su entorno había cambiado mucho en años recientes. “El año en que la sequía fue más notoria, las lagunas estaban secas, por ende, las llaretas también estaban secas, y el cambio climático ha afectado mucho en estos años (…) La minería no ha afectado mucho aún, porque no se ha instalado de lleno, [pero] mientras exista un deterioro en la cordillera, debido a la minería y la intervención humana, eso afectará estos sistemas, porque finalmente ninguno de éstos está aislado. Se siente la sequía del agua, pero sobre todo la sequía emocional, en las personas más viejitas que se van secando junto con los esteros, los ríos y las vegas”, lamentó.
Para este representante de Piguchén, la mayor amenaza proviene de la minera Vizcachitas Holding. “Hay aprobados como 350 sondajes, que están prácticamente en el lecho del río, siendo que el río Rocín trae un cauce ínfimo. De instalarse, creemos que jodería el agua, la agricultura…sería un daño irreversible”.
El representante de Jahuel detalló los problemas que acarreaba la instalación de las actividades industriales en el sector: “Una planta fotovoltaica que, si bien la aprobó la comunidad de Campos, y si bien no es tan grande en comparación a otros proyectos, en proporción al territorio es grande y se ha comprobado que podría incidir en aumentos de temperatura, lo que impactaría en los humedales”.
Otros proyectos señalados como amenazas son el acaparamiento de derechos de agua por parte del fundo El Retorno y uso de agroquímicos que afectan al medioambiente. En cuanto a la minería, que genera problemas sobre los humedales, los cauces y la vegetación en torno, se destaca a Minera Farellones en el límite con Campos de Ahumada, y Clarita, faena ubicada en el Cajón del Zaino.
ENCUENTRO EN SALAR DE MARICUNGA
El sábado 4 de diciembre de 2021 se llevó a cabo en Copiapó, región de Atacama, un encuentro con comunidades que están vivenciando la vulneración de derechos en su territorio.
“Con OPSAL se organizó principalmente un taller para poder conversar respecto a estos temas con la comunidad Colla de la comuna de Copiapó, liderada por Elena Rivera Cardozo quien ha llevado una bandera de lucha contra el extractivismo”, explica Jacqueline Quintana, académica de la Universidad de Atacama y miembro de OPSAL.
Junto a una docena de personas del pueblo Colla se abordó la defensa del territorio, fundamentalmente del Salar de Maricunga, “un territorio ancestral que por derecho debiese ser del pueblo originario Colla (…) Lamentablemente, en estos momentos a nivel nacional nos encontramos con las transnacionales que están generando un despojo a las comunidades. Maricunga es uno de los pocos salares a nivel regional que no está siendo explotado, aunque sí está siendo explorado, pero es una de las reservas de agua más grandes que aún queda a nivel regional”, destaca Jacqueline Quintana.
La académica agrega que el problema no afecta solamente a la comunidad, ya que impacta “a seres sintientes: a una gama de animales y especies que también viven ahí”, precisa.
El encuentro fue positivamente evaluado por la comunidad, ya que fue una manera de visibilizar sus preocupaciones. Al mismo tiempo, manifestaron estar “muy esperanzados porque con la nueva Constitución [se] pueden generar propuestas de protección de la naturaleza y proteger los humedales y los salares”, concluye.
TALLER QUEBRADA DE SONCOR Y SALAR DE ATACAMA
Casi una docena de participantes tomó parte en este taller, también realizado el sábado 4 de diciembre de 2021.
Coordinado por Ramón Morales Balcázar y Christian Rudecindo Espíndola, integrantes del OPSAL, se habló sobre las dificultades de los habitantes de la zona para practicar labores agrícolas, y el conflicto que supone la presencia de las mineras, especialmente respecto del agua y de la contaminación ambiental que generan, la que afecta a toda la cuenca del Salar de Atacama.
“Estas mineras no tienen la mirada que tenemos nosotros, en el sentido de que el agua para nosotros es sagrada, el agua es vida. La puri es parte de nuestra ritualidad, de nuestras cosechas, siempre las hemos relacionado con el agua”, expresó un dirigente de Soncor.
“Spencer, Gaby, Chuquicamata…expelen humo, todo el arsénico cae en la cordillera, algo se dispersa cuando viene un temporal, pero después viene la lluvia y trae todo eso. El entorno [que tenemos hoy] nos está matando, de hecho (…) en Toconao, las higueras o los álamos, que antes estaban tan verdecitos… no hay agua, antes no se regaba cada 10 o 12 días, se regaba cada 8, había mucha más agua”, indicó un residente, quien denunció que las mineras en el salar, “Tienen tapado con nylon, esa es la sal, la salmuera que no ocupan (…) si hay un ventarrón se vuela todo y eso está matando los árboles” lamentó.
Respecto de la constitución, los participantes sinceraron sus esperanzas en el proceso y sus resultados.
Otro agricultor expresó: “Ojalá que haya cambios, necesitamos que haya cambios, yo creo que la carta que en estos momentos [se discute] puede producir un cambio, porque ya después de esto, si no se produce, va a ser muy difícil. Yo creo que fue el estallido social y todo el tema de reconocimiento de los pueblos indígenas que se tiene que dar ahora. Yo creo que, si no pasa ahora, se va a perder definitivamente, yo creo que es la instancia de la gente que salió elegida acá o que tengamos un reconocimiento como pueblos indígenas, se haga realidad: que los derechos de agua, los derechos a territorios ancestrales queden para acá y no para las mineras…que las mineras no sigan avanzando y haciendo un daño irreversible”.
ENCUENTRO POR EL MAIPO
El 14 de diciembre de 2021, la organización Somos Cuenca se reunió con una serie de participantes para identificar problemas hídricos de la zona y sus posibles soluciones.
Miembros de la organización dedicados a la conservación e investigación propusieron visibilizar el papel de la comunidad en la protección hídrica.
“Habitualmente el monitoreo se hace por grandes empresas o con altas inversiones que no llegan a la comunidad. [Si se] capacitase a los vecinos, escuelas y organizaciones ciudadanas [podrían dar las] primeras alertas tempranas de cambios”, resaltaron.
“Desde la Unidad de Medio Ambiente se ha estudiado y monitoreado el humedal. Se han visto muchos cambios ambientales y sociales: era un botadero con agua, un microbasural, se cerró el acceso, se instaló señalética. Empezó a florecer, apareció la vega, llegaron aves. Ha sido un proceso enriquecedor con la comunidad (…) Ha sido también un conflicto, ya que antes dejaban ahí a los caballos, ovejas y cabras”, detalló la encargada de Cultura y de Patrimonio de la Municipalidad de San José de Maipo, entidad que está conformando una reserva natural municipal en un humedal en Baños Morales.
Una represente del pueblo Mapuche se abogó por una mirada desde la cosmovisión mapuche. “Desde los Menoko, siempre se ha luchado por proteger estas reservas de agua, donde aparece cierta medicina, lawen que es clave para sanar algunas enfermedades. Fuente espiritual en gran espíritu del agua: futa nwenko”, aportó.
Un habitante de la parte media alta del río Maipo señaló: “desde hace unos años el río logró recuperarse respecto a los niveles de contaminación que tenía en los 80 y 90, pero a cambio al parecer cada vez viene con menos agua y se ha generado una mayor presión respecto de la extracción de áridos. Hace poco estuve en una exposición respecto a monocultivos (…), donde se deja en evidencia que la protección del bosque nativo no es efectiva desde el aspecto legislativo-judicial. Hay un gran impacto en el presente de la Papelera de CMPC, en Puente Alto, de empresa El Volcán, la mina en lo Valdés, los Baños Colina y la planta de tratamiento en Puente Alto.
Desde Quilicura, en la subcuenca del Río Mapocho, habitantes relataron cómo su territorio se transformó en el parque industrial más grande de la región “y fue presionando a esta gran laguna, que hoy es el resabio conocido como Laguna de Batuco”.
Actualmente se identifican diversas amenazas, como empresas inmobiliarias, los pozos para la CCU, la firma Coca-Cola y otras empresas que han explotado el agua.
“Nos interesa entender y sensibilizar esta catástrofe ambiental de Quilicura, Lampa y Batuco. Con la aplicación de la ley de humedales urbanos se sensibilizó la importancia de los humedales. Este ecosistema protegido va a favorecer a toda la Región Metropolitana”, se destacó.
Habitantes del Cajón del Maipo por su parte, identificaron a dos compañías mineras que extraen yeso y que amenazan un humedal en lo Valdés y en Romeral.
Al finalizar el taller, la participante del pueblo Mapuche expresó: “Es importante esta coexistencia y somos parte de esta cadena de equilibrio y si no lo cuidamos y protegemos estamos fallando a nivel político y gubernamental (…) lxs constituyentes de pueblos originarios tienen la misión de incorporar la protección de la naturaleza. Son claves otras actividades, como el turismo para disminuir el extractivismo. [Pero] no cualquier turismo, hacerlo sustentable, de respeto y de educación” finalizó.
Por el lado de las entrevistas, se conversó más profundamente con habitantes locales y principalmente con arrieros y personas relacionadas con la vida en la montaña. Un punto donde confluyeron las diversas conversaciones fue lo clave que son los ecosistemas de vegas, las historias de vida y memorias colectivas de esos paisajes y lo drástico que han sido los cambios en los últimos años de sequía (11 años consecutivos). Estos cambios son muy nuevos para todxs y por esa razón ya han tenido que hacer adaptaciones a las costumbres que llevaban realizando hace varias generaciones, en especial la disponibilidad de pasto (vigorosidad del humedal) para sus animales y en la baja cantidad de nieve acumulada en invierno. Lo interesante fue también la diversidad de personas entrevistadas y como sus modos de vida los han relacionado con las vegas, desde el uso de plantas medicinales, puntos de encuentro en la cordillera, alimento para sus animales y los paisajes que permiten el desarrollo del turismo. Al escuchar a los actores del Cajón del Maipo, se siente un cariño y un respeto muy grande por las primeras aguas de la Cordillera.
PARTICIPACIÓN EN ALTO LOA
En enero de 2022 se desarrolló un encuentro con la Comunidad Atacameña de Chiu Chiu, en la localidad de San Francisco de Chiu Chiu, de la zona del Alto Loa, región de Antofagasta.
Fue el más reciente de una serie de encuentros que comenzaron vía telemática con la comunidad y en los cuales se habían discutido de forma participativa las preocupaciones, intereses y esperanzas de la población lickanantay que la conforma.
En este se realizó un recorrido por el área de demanda territorial de la Comunidad de Chiu Chiu, de manera de poder evaluar qué salares y humedales se encuentran dentro de ese territorio, el impacto minero que existe en el área -principalmente por Codelco, a través del proyecto que transformó el Salar de Talabre en un tranque de relaves mineros – y por otro lado las posibles amenazas que representaría el proyecto cuprífero de BHP Billiton (multinacional que controla Minera Escondida).
“Desde principios de año nos acercamos, pudimos definir el equipo, con representantes de la comunidad que en gran parte estuvo conformada por la comisión de medio ambiente. Con ellos coordinamos un primer taller virtual en donde pudimos dialogar de forma más extensa y profunda sobre las características de los salares y el estado de impacto en el que se encuentran, así como el valor que la comunidad le otorga a estos espacios”, explica Freddy Viñales, antropólogo y coordinador del encuentro.
Así, OPSAL y la comunidad, que contó con el apoyo de la Coordinadora por la Defensa del Río Loa en la preparación de estos talleres, pudieron conocer el sentir de sus integrantes, quienes han asumido un rol activo en la ejecución tanto de los talleres como de la redacción de las propuestas y conclusiones. “Durante la exploración realizada, pudimos visitar el salar de Rudolph, el Salar de Brinkerhoff, y pudimos ver las obras de la mina Santa Margarita. Visitamos, además, el sector donde actualmente se encuentra la minera San José y San Martín y terminamos en el Puente del Diablo, que es el límite de la demanda territorial de la comunidad (…) Cada uno de los sitios visitados posee un importante valor simbólico y material para la comunidad por concentrar memorias y prácticas unidas a las fuentes de agua. Muchos de estos lugares concentran la actividad ritual de los comuneros”, finaliza Viñales.
RIO TENO
Para el caso de la subcuenca del río Teno, dentro de la cuenca del Maule, actualmente se están realizando entrevistas a actores claves del territorio. Para el proceso de la selección de lxs entrevistadxs, se recurrió a conversar con varias personas que tenían que ver con lo que el Consejo de defensa de los Queñes consideran como patrimonio cultural y humano y que tenía que ver con la historia del asentamiento de los Queñes. Ahí se fueron seleccionando las personas como arrieros, otros dedicados a la agricultura u otros que llegaron con el trabajo de la aduana, por ejemplo, que saben del asentamiento histórico en la zona. Se elaboró una lista de estas personas que podían entregar un relato referente al río Teno, a la localidad de los Queñes, a su historia, a los acontecimientos importantes. Paulatinamente se fue interiorizando en la realidad de ellos y preguntando sobre su visión del tema de humedales andinos.
Dentro de los entrevistados, se encuentran integrantes de familias de los primeros cuidadores de grandes fundos en el valle ya con tres generaciones en el territorio y que actualmente son dirigentes sociales y participan activamente en las juntas de vecinos. Estos trabajadores y sus casas fueron los primeros asentamientos de los Queñes. El segundo grupo de entrevistados, fueron hijos de arrieros y de los primeros trabajadores que ya se han transformado en artesanos icono de la localidad con habilidad en el trabajo de pircas, metales y maderas y se ha transformado en actores relevantes en la protección del territorio y parte de los guías de turismo. Traspasan esta protección desde sus creaciones artesanales. Y, por último, se conversó también con las nuevas generaciones que llegan a los Queñes con una visión de haber llegado recientemente al territorio con conocimientos adquiridos y se motivan a participar desde las juntas de vecinos, a los clubes de guías, aportando conocimiento y levantando proyectos con la comunidad. Se tienen estas tres visiones sobre sus apreciaciones de los mallines, que es el nombre que más utilizan para referirse a los humedales andinos de la zona. Se espera tener levantada la información de este territorio a mediados del mes de marzo.
OPSAL, AVANZANDO EN INCIDENCIA PARA UNA AGENDA PAÍS DE JUSTICIA SOCIOAMBIENTAL
Junto con la realización de esto talleres, OPSAL se preocupó durante 2021 de hacer llegar las inquietudes de los territorios a la instancia que en estos momentos está delineando el tipo de país que será Chile en los próximos años mediante la redacción de una nueva constitución.
Es así como miembros del Observatorio Plurinacional de Salares Andinos OPSAL participaron de dos audiencias públicas de la Comisión de Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales y Modelo Económico de la Convención Constitucional para abogar por la protección de la vida en los salares y humedales andinos.
Representando al OPSAL estuvieron en esa ocasión Ramón Morales Balcázar, y Rudencindo Espíndola Araya, quienes- de forma telemática, desde San Pedro de Atacama y Toconao respectivamente – expusieron la importancia de la protección de salares y humedales andinos, “para que sean protegidos en tanto que ecosistemas complejos”, enfatizando en que, para que ello ocurra, “es fundamental que sean reconocidos los Derechos de la Naturaleza, por su valor intrínseco y no desde la lógica mercantilista que – como vemos en forma sistemática – se traduce en la explotación y en el posterior pago de multas o la entrega de compensaciones monetarias a actores sociales e institucionales por los daños que las empresas hacen a la naturaleza y que lamentablemente son irreparables”.
Además, OPSAL entregó una serie de recomendaciones para la creación de una Empresa Nacional de Litio que tenga en cuenta la complejidad social y ecológica de estos territorios y que priorice la sustentabilidad de la vida en un contexto de crisis climática.
“En esta comisión pudimos hablar por el OPSAL, y yo como Lickanantay, con respecto al tema del litio, el tema hídrico territorial y para mostrar la problemática de la minería extractivista en el territorio y presentar el trabajo que hemos venido haciendo en el OPSAL” indicó Espíndola respecto a su participación.
Justamente, durante la presentación a la comisión se presentó la Iniciativa Plurinacional para la Valorización y Protección de Salares y Humedales Andinos que OPSAL impulsa, con miras a que sus principios sean considerados en la discusión constituyente. Subsecuentemente, OPSAL presentó la Iniciativa Popular de Norma Nº 75.342 “Junt@s por la protección del patrimonio cultural y ecológico de nuestros salares y humedales andinos”.
Al respecto, la integrante de OPSAL, académica y convencional constituyente Cristina Dorador, quien representa al distrito 3 (Antofagasta) declaró que “el OPSAL ha tenido una participación importante en la Convención Constitucional, sobre todo en el periodo de presentación de iniciativas populares de norma, donde se pudo presentar una que trata de cuidado y preservación de ecosistemas únicos, como son los salares.
Dorador reconoció que esta iniciativa no pudo llegar a la cantidad de firmas que se necesitaban para ingresar a la convención directamente, que eran 15 mil. “Sin embargo, este trabajo sirvió de base para la presentación de una iniciativa convencional constituyente que ingresamos a la Comisión de Medio Ambiente, que trata justamente de este tema, de cómo preservar los salares, desde el punto de vista que son ecosistemas únicos que no existen en otra parte del mundo y que además albergan una alta biodiversidad”, agregó Cristina.
En efecto, OPSAL trabajó junto a a la Asociación Atacameña de Regantes de Soncor, la Comunidad Indígena Colla de la Comuna de Copiapó y la Coordinadora por la Defensa del Río Loa y la Madre Tierra Patta Hoiri, por presentar esta iniciativa ante la Convención Constitucional. Una petición que buscó “el reconocimiento y la protección constitucional del patrimonio ecológico y cultural de las cuencas de los salares y humedales andinos” en tres artículos de la carta fundamental.
Uno, donde el Estado reconozca las cuencas de los salares y humedales andinos como patrimonio ecológico y cultural del país, siendo su deber asegurar la protección de los sistemas naturales, así como los modos de vida y los sitios sagrados de los pueblos originarios que en ellos habitan.
Otro donde el Estado se compromete a garantizar la protección de las cuencas de los salares y humedales andinos como patrimonio ecológico y cultural del país y de sus pueblos, “teniendo en cuenta los sistemas locales de conocimiento, la existencia de prácticas agropastoriles y semillas locales, así como los sitios sagrados que comprenden y significan una conexión espiritual entre los pueblos, el agua y la tierra, es decir, que son un elemento esencial de su cosmovisión ancestral”.
Por último, el tercer artículo propone que el Estado sea responsable de que “toda intervención o actividad productiva y social que se realice en las cuencas de los salares y humedales andinos deba ser compatible con el resguardo de la protección efectiva de su patrimonio ecológico y cultural, garantizando la producción de conocimiento y educación científica, desde un diálogo de saberes y un principio de plurinacionalidad”.
En general, los últimos meses de 2021 estuvieron marcados por acontecimientos importantes en Chile, como la la licitación del litio impulsada por el gobierno de Sebastián Piñera, que a pesar de los cuestionamientos desde diversos sectores favoreció al grupo Errázuriz y a la empresa de origen chino BYD. A pesar de ello y gracias a las acciones legales llevadas adelante por el Gobernador Regional de Atacama, el profesor de historia Miguel Vargas Correa en contra del entonces ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, dicha licitación quedó suspendida.
Para Ramón Morales Balcázar, coordinador en Chile de OPSAL, las acciones del Observatorio “adquieren especial pertinencia dada la profundización simultánea del extractivismo minero y de los impactos del cambio climático en los territorios, a lo que se suma un escenario político de grandes cambios donde, sin embargo, las visiones más críticas al modelo extractivista continúan ocupando un lugar marginal en los grandes debates nacionales.
En este sentido, enfatiza en “el riesgo de que las transformaciones profundas que busca la Convención Constitucional, y especialmente aquellas de la Comisión de Medio Ambiente, sean incomprendidas incluso por sectores progresistas en un pleno donde por primera vez la oligarquía empresarial es una minoría”. Así mismo, advierte de “La necesidad de comprender los mecanismos de despojo que se reproducen al alero de una transición energética corporativa, cuyos profundos impactos se esconden detrás de la ingeniería social y del greenwashing como herramientas para la obtención de la licencia social en la megaminería del litio y del cobre.
Por último, advierte de la importancia de que un nuevo mandato presidencial y a la luz del reciente proceso de licitación del litio, desde el Gobierno de Chile y sus ministerios se comprenda “el rol del OPSAL y de tantas otras colectividades que, en forma independiente de intereses corporativos y a partir del diálogo de saberes que emerge en los propios territorios en sacrificio, plantean perspectivas diversas para pensar modelos de desarrollo desde criterios de justicia para una transformación socioecológica profunda y un futuro más allá del extractivismo”.
En ese sentido, cabe destacar que la elección presidencial chilena de noviembre de 2021 dio el triunfo al candidato del Frente Amplio y la coalición de izquierda Apruebo Dignidad Gabriel Boric, quien manifestó su intención tanto de revisar la licitación de litio como de estudiar la creación de una empresa nacional de litio, con miras a frenar un tipo de explotación que no contempla un mayor aporte tecnológico dentro del país, posición que es apoyada por una parte del parlamento chileno en ejercicio.
Al respecto, Cristina Dorador expresó: “Esperemos [que] con el nuevo gobierno se pueda abordar de una forma integral y más compleja el tema de explotación de ecosistemas frágiles, y que también podamos pensar en el futuro porque también es muy importante que estos sistemas se preserven para las futuras generaciones y la mantención también de las comunidades indígenas locales”.
Sobre la creación de una empresa nacional del litio, Cristina Dorador considera que podría ser un tema muy interesante. “Sin embargo, esto no ataca el problema de fondo, que es el modelo extractivista que tiene Chile, el cual esperemos también sea superado en las próximas décadas basándose, sobre todo, en la generación de investigación, de ciencia y tecnología y de conocimientos, de forma descentralizada, en los distintos territorios de Chile. Eso debería también generar nuevas alternativas para hacer distintas formas de economía, y no necesariamente tener que depender de la exportación de las materias primas”, concluyó.
En momentos en que las autoridades chilenas dan luz verde a la exploración del salar de Maricunga – el paso previo para su explotación comercial – la carrera de OPSAL por defender la vida de los salares y humedales del norte chileno se vuelve más urgente que nunca.
(Foto río Teno wiki Commons)