El Observatorio Purinacional de Salares Andinos (OPSAL), junto a la red global Sí a la Vida No a la Minería y los demás participantes abajo firmantes del Segundo Foro Social Temático sobre Minería y Extractivismo, expresamos nuestra solidaridad incondicional con el pueblo Palestino.
Mientras nos reunimos en Semarang, Indonesia, para compartir, aprender y elaborar estrategias en torno al derecho a decir no al extractivismo minero durante los últimos tres días, hemos sido testigos del desarrollo de una violencia catastrófica en Palestina. Dos millones de palestinos en la Franja de Gaza han soportado casi dos semanas de implacables bombardeos israelíes, incluidos bombardeos de escuelas, instalaciones de salud, mezquitas y edificios residenciales, matando a generaciones enteras de familias. Israel ha cortado la electricidad, el agua, los alimentos, los suministros médicos y el combustible que tanto necesita Gaza mientras refuerza el bloqueo que comenzó hace 16 años.
En Cisjordania, incluida Jerusalén, los palestinos siguen siendo oprimidos por el ejército y la policía israelíes, incluido el uso de munición real frente a cualquier expresión de resistencia.
Israel comete estas atrocidades con todo el apoyo, financiamiento y ayuda militar de varios gobiernos, especialmente los de nuestros participantes del Norte Global: Estados Unidos, Reino Unido y de países europeos. En los últimos años, los mismos gobiernos también han tomado medidas para asegurar el acceso a lo que llaman “minerales críticos”, que no sólo se consideran necesarios para una transición energética corporativa, sino que también son vitales para la producción de tecnología militar utilizada para reprimir a los pueblos de todo el mundo. Al mismo tiempo, las emisiones de carbono de estos ejércitos superan las de muchos países y contribuyen enormemente a la crisis climática que una nueva ola de extractivismo verde pretende resolver.
El régimen de apartheid genocida que Israel ha impuesto a Palestina no es diferente de la invasión y colonización de nuestros territorios en todo el mundo y a lo largo de la historia. Entendemos íntimamente cómo la máquina de guerra imperial opera como un brazo del orden mundial que convierte nuestras tierras y aguas en recursos para robar para el enriquecimiento de unos pocos poderosos. Respondiendo al llamado de los sindicatos palestinos para poner fin a todas las formas de complicidad con los crímenes israelíes, y más urgentemente detener el comercio de armas con Israel, declaramos:
Solidarizamos con Palestina en su lucha por la descolonización y la autodeterminación, y condenamos la ocupación israelí y el genocidio del pueblo palestino. Rechazamos la violencia y la opresión estatal, corporativa y colonial, rechazamos una mayor militarización a nivel mundial y rechazamos que nuestras tierras y nuestro trabajo sean utilizados para reprimir y desposeer violentamente a otros en todo el mundo. Trabajamos para reclamar nuestras tierras y nuestro trabajo mientras construimos otro mundo donde quepan muchos mundos, donde continuamente digamos sí a la vida y sí a la liberación.
¡Sí a la vida, no a la minería! ¡Sí a la vida, no a la guerra imperialista! ¡Palestina libre!
En solidaridad,
Sí a la vida No a la minería