Cristina Dorador, académica, constituyente y nueva integrante de OPSAL: “Hay que dejar de ver al desierto como sistema explotable”

El Observatorio está en movimiento. Además de las diversas actividades que está realizando, tanto de difusión como de encuentro y participación en torno a la protección de salares, está recibiendo nuevos integrantes.

En esta ocasión formalizó su ingreso la científica chilena especializada en investigación en microbiología, ecología microbiana, limnología y geomicrobiología del Departamento de Biotecnología, Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicos, de la Universidad de Antofagasta, Cristina Dorador.

Conversamos brevemente con ella para conocer sus planes para vincularse con el OPSAL.

“Recibí la invitación de Opsal a integrar el grupo, porque desde hace tiempo venía colaborando con el observatorio y sus miembros. Yo trabajo desde el punto de vista científico en salares, que son sistemas microbianos, por lo tanto, hay bastante que decir en eso, sobre todo respecto de los efectos de la extracción de litio en un salar, ya que desde el punto de vista microbiano es algo bastante importante, sobre todo por la toma de decisiones ambientales. Me he relacionado con Opsal en esta temáticas hace tiempo, y ahora quisimos concretar formalmente esta colaboración a través de mi ingreso formal. Estoy muy contenta de contribuir y que se visibilicen los desafíos que existen en torno a salares y su protección”, explica Cristina Dorador.

Desde julio de este año Cristina es constituyente por el Distrito 3, de la región de Antofagasta, y en ese sentido le preguntamos cómo su labor constituyente buscará apoyar la protección de salares y comunidades.

“Participo de la convención constitucional, justamente con la propuesta de base de una constitución que sea ecológica, donde se reconozca la relación indisoluble entre ser humano y naturaleza lo cual va a llevar a generar derechos que son importantes para los salares como son los derechos de la naturaleza, porque actualmente los ecosistemas no están protegidos a rango constitucional, y las herramientas que existen son insuficientes para el grado de intervención de los salares”, firma.

“Por lo mismo, esta es una oportunidad única de poder visibilizar este tema, pero también generar soluciones y propuestas concretas desde la constitución para su preservación, pensando también en contexto de crisis climática: hay que abordar temáticas relacionadas como el derecho al agua, a que exista agua para los ecosistemas, la justicia hídrica, y temas de propiedad, porque en la zona norte de chile es difícil proteger por el tema de las concesiones mineras y muchos otros tipos de problemáticas por ese estilo.

Respecto de la concientización y educación de la ciudadanía respecto del tema salares, Dorador señala que históricamente el norte de Chile siempre se ha visto como un lugar de explotación descritos hasta por Rodolfo Philippi como “terrenos yermos, inertes”.

“Los salares están presentes en la Constitución de 1980 para ejemplificar sistemas de minas para ser explotados, no como ecosistemas”, lamenta Cristina.

“Creo que la diferencia fundacional es dejar de ver al desierto como sistema explotable, no son recursos naturales: es naturaleza. Cada vez que se rompe un cerro para hacer una mina es un patrimonio natural y humano que se rompe, pero también es biológico, aunque veamos un ‘cerro pelado’, hay vida microbiana y pasa lo mismo con los salares, se ven como sistemas casi inertes, es como que no son dignos de ser conservados, a diferencia de la sensibilidad que generan (ecosistemas como) el Sur de Chile y la Patagonia”, explica.

Para ella, hay barreras comunicacionales y educacionales que derribar, “porque a mucha gente no le hace sentido conservar el norte. Al revés, se piensa en mejorar las practicas extractivas, e incluso los políticos piensan en estatizar los recursos, porque desde ahí se van a sacar los recursos para pagar los derechos sociales que el país necesita (…) pero no hay un cuestionamiento profundo respecto al extractivismo.

Otro factor que la entusiasma es la inclusión d pueblos originarios y sus prácticas y saberes ancestrales. “Nosotros empujamos el conocimiento local, el conocimiento ancestral de pueblos originarios [que] sirve mucho para tomar decisiones (…) la ciencia occidental tradicional apoya con evidencia quizás, pero no es [elegir entre] una o la otra, tienen que complementarse y eso es una forma directa de vincular a la comunidad en el conocimiento darle valor a lo que ellos sí saben, independiente de que no hayan tenido formación científica (…) Por eso creo yo que hay un tema de interculturalidad para abordar el tema de los salares, que son básicamente son los olvidados en temas ambientales en Chile” concluye.

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